La IA generativa cambia el foco empresarial de las tareas a los objetivos

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El potencial que trae consigo la tecnología va a permitir a las empresas dedicarse realmente a la estrategia, dejando tareas rutinarias o tediosas a la hiperautomatización inteligente que permite la IA. Los expertos coinciden en que la aplicación de la IA al puesto de trabajo digital disparará la productividad.

La aplicación de la IA en la empresa española ya es una realidad. Según un estudio de Amazon Web Services (AWS), su utilización desde 2022 ha crecido un 22% y el 36% de las organizaciones ya está aprovechando sus ventajas. De aquí a 2030, se estima que la IA moverá alrededor de 282.000 millones de euros.

Aunque es cierto que esta tecnología hace muchos años que se utiliza, la IA generativa (AIGen), ha marcado un punto de inflexión que va a cambiar la forma en la que se trabaja y se genera contenido, elevando las cotas de productividad. El potencial que trae consigo la AIGen va a permitir a las empresas dedicarse realmente a la estrategia, dejando tareas rutinarias o tediosas a la hiperautomatización inteligente que permite la IA. En esencia, se va a pasar de una orientación a tareas a otra más enfocada a objetivos.

En esta misma línea, además, lejos de suponer una amenaza para el empleado, va a desempeñar un papel inclusivo, porque de entrada va a aportar nuevos conocimientos y habilidades a personas que carecen de ellas o que tienen alguna discapacidad, suponiendo un nuevo paradigma a la hora de enfrentarse al día a día del trabajo.

De la nube pública a la híbrida

A pesar de estas bondades, la IA generativa también implica riesgos que no hay que descuidar. Uno de los que aparecen a la cabeza es la seguridad, especialmente de los datos que son, a fin de cuentas, el motor para la AIGen. Dadas las altas capacidades de procesamiento que requiere esta tecnología, la nube ha jugado un papel crucial en su desarrollo y consumo, pero esta circunstancia ha aumentado las inquietudes en torno a la seguridad.

A la necesidad de cercanía de los datos –en gran parte por una cuestión de latencia y resiliencia- se suma también la de contar con herramientas adecuadas tanto para la nube pública como para entornos híbridos. Dado que muchas compañías combinan su nube pública con su nube privada, estas herramientas cada vez más miran al PC, que comienza a jugar un papel protagonista a la hora de ejecutar servicios y soluciones con IA.

Los expertos coinciden en que la aplicación de la IA al puesto de trabajo digital disparará la productividad. Para ello, como afirma Gartner que sucede en el 42% de las empresas, el mayor reto es el dato, cuyos volúmenes generados son mayores con el avance de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT). Tales volúmenes requerirán de herramientas colaborativas e inteligencias artificiales que sean capaces de interpretarlos.