De la base de datos a la utilidad de datos en la nube
- Gestión de IT
Las aplicaciones en la nube son más fáciles de usar, escalar y modificar que las aplicaciones locales. La infraestructura de la nube es elástica, infinita y globalmente disponible. Pero ¿qué pasa con la base de datos? ¿Qué nuevas habilidades debería tener una base de datos cuando está en la nube?
En la nube, la base de datos debería convertirse en otra cosa: una utilidad de datos. Una utilidad de datos absorbe y entrega datos de cualquier tamaño y forma para cualquier aplicación, analítica o algoritmo. Mucho más que una simple base de datos, una utilidad de datos es un servicio que facilita a los desarrolladores la innovación, a los equipos de operaciones para cumplir con los acuerdos de nivel de servicio (SLA), y a los científicos y analistas de datos a poner fácilmente conjuntos de datos a nuevos usos. Y todo esto debe ser cierto para los datos en cualquier formato en cualquier escala.
Para las personas que lo usan, como desarrolladores, equipos de operaciones y científicos de datos, la utilidad parece un conjunto de API comunes que permiten que los datos fluyan entre diferentes aplicaciones. Pero bajo el capó, la ingeniería extraordinaria traduce llamadas API simples en coordinación sofisticada entre muchos servicios.
Cuando un desarrollador envía una llamada rápida a la utilidad de datos solicitando un lugar para guardar algunos datos para que pueda volver a trabajar en su aplicación, una gran cantidad de maquinaria se pone en marcha detrás de la escena. La utilidad hace girar una base de datos, la refleja en varias ubicaciones para protegerse contra fallos de hardware y garantiza su total seguridad y conformidad con las políticas corporativas. Todo esto sucede en unos pocos segundos.
Pero eso no es todo. El desarrollador está trabajando en una aplicación que espera se vuelva viral, pero no puede estar segura. Afortunadamente, la utilidad de datos escala los recursos de cómputo y almacenamiento necesarios a voluntad y de forma independiente entre sí, por lo que la infraestructura crecerá para adaptarse a ella si la aplicación es un éxito, y permanecerá pequeña si no lo es. La utilidad también supervisa constantemente cada una de sus acciones, anticipando problemas de hardware y reencaminando las cargas de trabajo antes de que ocurran las fallas, así como diagnosticando y resolviendo cuellos de botella de rendimiento automáticamente siempre que sea posible. Esto hace que la vida del equipo de operaciones sea mucho más fácil.
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