Gobierno de los datos: ¿Ofensa o defensa en la era digital?

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El gobierno de los datos siempre se ha visto como una gestión de riesgos, y todavía lo es. Pero hay otra manera, y es ir a la ofensiva. ¿Cuál es su estrategia de datos? ¿Es agresiva e innovadora? ¿O se centra en la mitigación de riesgos?

La defensa se refiere a todo lo que hace que los datos estén listos y sean seguros para el análisis. Esto incluye la fijación de los datos, el control de su uso, y la lista continúa. La ofensiva se refiere al uso de los datos para tomar decisiones o transformar un negocio.

Cambios en los principios de gobierno de datos

Históricamente, los CIOs odiaban el gobierno de datos aunque lo consideraban importante. Los CIOs lo odiaban porque, o bien tenían que forzar la gobernanza de arriba a abajo en la organización, o bien la TI se encargaba de la gobernanza de datos por sí misma. Ambos enfoques a menudo fracasaban y hacían que el CIO se sintiera como un villano en el proceso.

Entonces, ¿cuál debería ser el objetivo del gobierno de datos? El gobierno de los datos debe consistir en las personas, los procesos y la tecnología que permiten la entrega de los datos adecuados a las personas adecuadas en el momento oportuno para apoyar las decisiones basadas en los datos y en la información de confianza, cerrando la brecha entre los datos y el negocio. Una gobernanza de datos eficaz proporciona datos que tienen las siguientes cualidades:

  • Fuente correcta.
  • Calidad adecuada.
  • Certificados como fiables.
  • A las personas que los necesitan cuando los necesitan.
  • Para tomar decisiones basadas en los datos.

Cuando la gobernanza se realiza en un sistema que capta la información automáticamente, todo el mecanismo de gobernanza puede mejorar con el tiempo y guiar a las personas hacia un uso más inteligente de los datos. 

Los nuevos enfoques de la gobernanza de datos se basan en cuatro principios: La gobernanza que da prioridad a las personas es lo contrario a ser forzada. Utiliza la inteligencia para identificar (1) a las personas que mejor conocen los datos y (2) los datos que deben ser gobernados y cómo. La gobernanza que da prioridad a las personas señala un cambio de propósito; no se trata de obligar a las personas a gobernar los datos ni de impedir que los utilicen.

Para liberar a los administradores de datos, la gobernanza de los datos debe construirse sobre una capa de inteligencia que facilite la administración de los datos y haga autónomos los procesos clave. Y, por último, para mejorar de verdad, el gobierno de los datos debe medir y supervisar el rendimiento de principio a fin para que los objetivos empresariales puedan ajustarse al programa de gobierno de los datos.

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